EL BAMBÚ
No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buenas semillas, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada… con el riesgo de echarla a perder: gritándole con todas sus fuerzas: ¡crece, por favor!
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japones y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de tan solo seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros. ¿Tardó sólo seis semanas en crecer? No. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. Y, esto, puede ser hasta frustrante.
En esos momentos, deberíamos recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que en tanto no bajemos los brazos ni abandonemos por no ver el resultado que esperamos… sí está sucediendo algo dentro de nosotros.
Estamos creciendo, madurando en lo que tenemos entre manos.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
Si no consigues lo que anhelas, no desesperes….. quizá solo estés echando raíces!
Texto Sobre el Bambú encontrado hace años en la red muy pertinente para el aprendizaje del sumi-e. Gracias.