En el excelente libro «Zen en el arte del tiro con arco» de Herrigel, se comenta:
La impaciencia te impide conseguir tus objetivos. Cuando quieres algo, tienes que entrenarte bien, saber a qué te enfrentas, disponer todos las herramientas, pero, que justo en el momento de «disparar la flecha» tienes que cerrar los ojos y abandonarte.
Tus ganas pueden distraerte del objetivo final. Si voy directo a las cosas, acabo forzándolas demasiado. Hay que dejarse llevar«.
En pintura sumi-e, el entrenamiento es similar a la enseñanza del arte del tiro con arco. La pincelada es de un trazo único, espontáneo, maduro, seguro que sale-dispara- de nuestro interior en su momento. Antes, ha habido un proceso de aprendizaje, entrenamiento lento, seguro y evolutivo, del manejo de los materiales, conocimiento de lo que pintamos y, una vez aprendido, nos soltamos. Nos dejamos llevar…. nos olvidamos del pincel, y nos hacemos uno con lo que pintamos.
